🌸 Hay abuelas que...

Hay abuelas que cuando me escriben, lo hacen con tanta emoción… que yo ya sé: esta muñeca viene con historia incluida.Y así empieza la aventura.

No hay una sola clase de abuela en Pandora...

Están las tejedoras, con manos que saben contar historias sin hablar, que entre lazadas y puntos también traman recuerdos.

Están las que cocinan como los dioses, pero eligen regalar muñecas. Y están las tecnológicas, que me mandan audios, capturas, zoom, lo que haga falta para que su regalo llegue perfecto...

Hay abuelas que no preguntan el precio.

Ya lo entendieron todo.

Saben que no se trata solo de una muñeca, sino de lo que representa un susurro que dice “yo también fui niña, y quiero que vos tengas lo que yo soñaba”.

(La Pandora de Catalina.)

Otra abuela me contaba, escala a escala, por dónde iba la muñeca:

“Ahora viaja a Berlín”

“Ahora está a dos días de mi nietita”

(Pandorita Petite de Delfi.)

Y yo escuchaba con ojos emocionados…

porque esa Pandora no solo cruzaba cielos, cruzaba generaciones.

Y si bien sabemos que las abuelas son las más pacientes del planeta… ¡también les entra la ansiedad! Me escriben como niñas contando los días antes de su cumpleaños, “¿cómo viene?”, “¿falta mucho?”, “¿va a llegar antes del viaje?”. Ese entusiasmo genuino que no se compra, que no se disimula.

Algunas me han confiado detalles que guardan tesoros en sí mismos. Como esa vez que una abuela pidió que la Pandora llevara un mechoncito de su pelo;

“Así me siente cerquita aunque viva lejos.”

Y sí… claro que lo hicimos.Y no fue solo especial. Fue único.

¿Te das cuenta la magnitud de ese gesto? Es amor en estado puro.

Y en ese hilo invisible que va del corazón de una abuela al de su nieta, la muñeca no es solo una muñeca. Es un testigo, un puente, un legado.

(Zapatito miniatura de una Petite.)

Cada una llega con su forma de amar.

(Oli recibiendo ropita para su Pandorita.)

Y en Pandora, todas encuentran cómo dejar su huella.

Algunas abuelas simplemente dicen: “ella elige”.

Y entonces, esa niña que entra a Pandora con los ojitos brillando no está “eligiendo una muñeca”.

Está eligiendo la muñeca que su abuela le va a regalar, la que va a tener su nombre , el pelo soñado, ese color que la hace sentir feliz y también son las que se van a encargar de volver a regalarles ropitas y accesorio para que sigan jugando...

Pero también hay abuelas que tienen muchos nietos y nietas, y no quieren dejar a ninguno sin su Pandora o Pandorito.

Y ahí, como siempre, escuchamos.

Así nació la Petite, una versión más pequeña pero igual de especial, pensada para esas familias donde el amor se multiplica.

“Estas abuelas también son Pandora. Y merecían un capítulo solo para ellas.”

💌 Si sos abuela (o tía abuela, o bisabuela, o abuela del alma), y querés ser parte de este mundo mágico que tejemos a muchas manos…Escribime...

Acá siempre hay lugar para una historia más.

Y las Pandoritas, ya sabés, están listas para acompañarte a vos también.

Con cariño Pandora.